
Joe Meek, productor musical de los años 60, ideó para el pop un mundo posible con viajes lunares y efectos espaciales. Su sonido, un antecedente poco visitado de la psicodelia, el rock progresivo y otros pastiches melódicos, alcanzaría su expresión más reconocida con Telstar (1962) de The Tornados, pero en su bitácora de viaje ya había dejado un disco fundacional, I hear a new world (1959), en el que su atmósfera formaría parte de las melodías y los ecos sonoros se convertirían en una evocación de las obsesiones más personales del productor.
Muchas de las producciones de Joe Meek poseen una atmósfera casi fantasmal, con sintetizadores pasados de rosca, reverbs brutales, ambientes cinematográficos, sonidos sci-fi, robots...un verdadero banquete para los amantes del audio.Un científico loco metido a compositor y productor... tenía verdadera obsesión por los platillos volantes y el espacio exterior (óiganse Sky Men de Geoff Goddard, Robot de The Tornadoes o sus Intergalactic Instrumentals).
"Para muchos de sus contemporáneos él se sobrepasó saturando la electrónica de grabación de su magnetofón "Lyrec", y empapando sus poco menos-que-perfectos cantantes en eco y rever de cuarto de baño, ¡pero su uso artístico de la compresión no lineal fue magistral! (...)"